domingo, 31 de diciembre de 2017

"ROMANCE DE LAS DOCE MENOS CUARTO", DE MARCOS ANA


(Noche vieja en la prisión de Burgos)

Camaradas, a las doce,

todos los pulsos en hora;

que suenen como campanas

en una campana sola;
que fundan los corazones
en un Corazón y todas
las ramas del pulso sean
árbol de luz en las sombras.

Amigos, todos en pie;

sobre las montañas rojas
de nuestra sangre sin yugos,
la voz erguida en la boca.
Si alguno siente que tiene
las alas del pulso rotas
¡que las componga!, a las doce
todos los pulsos en hora.

¡Oíd, yunteros del alba!

¡Oíd, pastores de auroras!
para conducir el día
hacen falta caracolas
con dura canción de ríos;
que en las manos creadoras
vayan firmes las cayadas;
ir apartando las horas
y derribando la esfera
donde el tiempo nos destroza.
Hay que hacer nudos al alma,
dejar huellas en las rocas,
esconder la espuma, el junco,
la breve luz de las hojas
donde la luna se duerme…

¡Ser ascua vertiginosa,

piedra viva, monte y río,
corazón de cada cosa!
Camaradas, a las doce
todos los pulsos en hora.
Si arena tienen los tuyos;
si grietas tu voz, ya ronca
de golpear contra el muro;
amigo, si te desplomas
como una hierba apagada,
bebe en la arteria sonora
de tu bandera, en la herida
de tu pueblo, en cada gota
de su sangre fusilada.
Despierta el rayo dormido
que en tu corazón reposa.

Camaradas a las doce

todos los pulsos en hora.

Almas de acero encendido

que al mismo viento tremolan,
forjan el día en un yunque
de dolor, con recio aroma
de amaneceres que nadie
podrá arrancarnos. No hay tromba
de paredones, ni balas,
ni rejones, no habrá sogas
capaces de hacernos bueyes:
¡nuestro cuello no se dobla!

Miradnos aquí, miradnos,

mientras los muros sollozan,
cruzar el año, cantando,
rompiendo noche española,
acariciando los hombros
de un crepúsculo sin costa.
Miradnos aquí, miradnos,
mientras los muros sollozan,
siempre de pie, sin rodillas,
como encinares de gloria.

¡Camaradas, a las doce,

todos los pulsos en hora!


Marcos Ana

3 comentarios:

Unknown dijo...

Que hermoso poema.

Victoriano dijo...

Me siento como Marcos Ana en Burgos. Y temo que en este encierro no tenemos ni la esperanza de que exista una organización obrera como si había entonces

Anónimo dijo...

Gracias por compartirlo con nosotr@s